miércoles, 25 de diciembre de 2019

El Humanismo mágico

Cuando la Academia de Platón fue refundada por Cosimo d’Medicci, Marsilio Ficino, tutor de Pico, fue nombrado director. Este se encargó de traducir del latín la obra completa de Platón y los neoplatónicos con un claro fin: encontrar una síntesis entre el platonismo y el cristianismo. La traducción vio la luz en 1484, pasando a ser conocida como Corpus Hermeticum.

Ficino y Pico asimilaron el hermeticismo, junto al neoplatonismo y la magia natural. La magia, era un elemento común de la sociedad y sus asunciones eran; por tanto, similares. En el Renacimiento, se distinguió entre dos tipos de magia: la espiritual y la natural. En la espiritual, el mago prevalecía frente a los espíritus buenos o malos; blancos o negros, a la hora de poner en marcha sus poderes ocultos. En la magia natural, el mago trataba de detectar correspondencias y señales del mundo natural. Los humanistas del Renacimiento, se distanciaron de la magia espiritual, puesto que esta solía polemizar con la Iglesia. Por ello, se centraron en una versión dignificada de la magia natural.


 Hermes Trismegisto. [Representación de Stolcius Von Stolcenbeerg].

Los magos asumían que los poderes estaban ocultos. No obstante, estos podían descubrirse y, por tanto, controlarse, gracias al mago que tenía “visiones especiales” dada su preparación espiritual y práctica. Escribe Pico della Mirandola en una de sus célebres Conclusiones:

“Lo que el mago hace con su técnica, la naturaleza lo ejecuta naturalmente al hacer al hombre”.


Detalle de Zacarías en el templo. [Fresco de Domenico Ghirlandaio].

El hombre, en suma, en cuanto faber, parece tener una vocación natural por la magia, pero, sin dejar las Conclusiones, Pico observa que no existe ni en los cielos ni en la tierra, potencia que el mago no pueda poner en ejecución. La magia, que celebra las bodas del cielo y de la tierra, está para nuestro protagonista, también ligada a la astrología:

“Inventaron que de los astros depende la suerte de todos, pero sobre todo de los príncipes: hijos, vida, poder, victorias, salud. Decían que, habiendo estudiado largamente el movimiento y la naturaleza de los astros, conocían con claridad el porvenir, el bueno y el pesaroso. Afirmaban poseer remedios para alejar las desgracias previstas y medios para volver más seguras las contingencias felices. Aseveraban que, si se observaba una hora feliz, podían componer con materias particulares imágenes semejantes a las naturalezas celestes, mediante maravillosos artificios que atrajeran la virtud de los astros, volviendo felices y poderosos a los hombres, y tan satisfechos de sus deseos, de esta suerte, con tal de que llevasen consigo tales imágenes”.

Pero, ¿cómo influyó este movimiento místico al Humanismo?; más aún en concreto, ¿al desarrollo científico? Existen diversas teorías y es que, los historiadores de raíz positivista vieron en este movimiento, un retroceso de la ciencia moderna. No obstante, los no positivistas como, Lynn Thordike, demostraron que la tradición mágica, gracias a su visión utilitarista del mundo en contraposición a la visión contemplativa de los filósofos, generó el método experimental.


Magia Naturalis. [Grabado de Giambattista della Porta].

Asimismo, Walter Pagel escribió una serie de artículos sobre los que evidenció, que las tradiciones mágicas, dieron forma al trabajo de Paracelso y Jean-Baptiste van Helmont. De ahí, ciertas ideas herméticas y neoplatónicas pasarían a la química y la mineralogía, resurgiendo en el siglo XVIII con la Naturphilosophie. Sin embargo, la reivindicación más destacada sobre este hermeticismo, fue la desarrollada por Frances Yates en 1964. En la que afirmó que el hermeticismo no habría solo influido en ciertos métodos concretos, sino que más bien habría sido una de las causas fundamentales de la Revolución Científica.


El conjurador. [Pintura de Hieronymus Bosch].

Otros historiadores pusieron de relieve, el hecho de que Isaac Newton, trabajase durante años en la alquimia y otras disciplinas herméticas, incluida la búsqueda de la Prisca Theologia, donde posiblemente encontraría la base de sus ideas de atracción y repulsión, consideradas, tradicionalmente, como propiedades ocultas.

Hoy día, son pocos los historiadores que consideran que este movimiento, pudo tener cierta o total relevancia en la Revolución Científica. No obstante, lo que sí parece evidente, es que la magia, tuvo un gran impacto en el mundo humanístico.

Bibliografía

Garin, E. (1981). El Zodiaco de la Vida. La polémica astrológica del Trescientos al Quinientos. Barcelona, España: Ediciones Península. 

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