Oratio de Hominis
dignitate, es el preludio a las 900
tesis. Este contiene todo el pensamiento de una época, que gravita en torno
a dos temas principales: la consideración del hombre como centro del universo
creado y la búsqueda de la concordia del pensamiento. No obstante, hay quienes
piensan que esta obra, más que un cántico a la libertad del hombre, es un
cántico a la dignidad filosófica (Graven 1984). Sin embargo, esta obra
presenta, por tanto, una oda a la libertad y a las dignidades humanas,
representando un “humanismo de la libertad”. Por todo ello, no es exagerado
pensar que, el Oratio de Hominis
Dignitate, es el verdadero manifiesto del Renacimiento.
El antecedente más próximo a la obra de Pico, podría ser el De dignitate et excellentia hominis,
(Sobre la dignidad y excelencia del hombre), de Gianozzo Manetti, publicado en
1452, donde este opone el mundo de la naturaleza al mundo del espíritu, lo que
podría resultar ser un presagio de la ruptura moderna entre naturaleza y cultura.
Sin embargo, la obra de Pico desborda a esta en todos los sentidos, pues su
originalidad no reside en la búsqueda que emprende de lo distintivo, lo digno y
maravilloso que hay en el hombre, sino en lo que encuentra en la libertad; en
el concepto moderno de libertad. Es decir, es el primer pensador que define al
hombre en términos de libertad, aunque este concepto no llegue a ser especificado
con el concepto de autonomía o emancipación.
Oratio de Hominis dignitate. [Opera omnia].
Pico se pregunta diversas cuestiones como, qué es lo que
hace que Mercurio afirme: "¡Gran milagro, oh Asclepio, es el hombre!". A lo
que este responde que la dignidad no radica del ser humano tanto en su altura
ontológica- ya que hay seres superiores como los ángeles-, cuanto en el lugar
central que ocupa la Creación, desde donde se puede admirar toda la obra:
«Concluido el trabajo, buscaba el Artífice alguien que
apreciara el plan de tan grande obra, amara su hermosura, admirara su grandeza.
Por ello, acabado ya todo (testigos Moisés y Timeo), pensó al fin crear al
hombre» [Pico 1984: 104].
La dignidad del hombre no hay que buscarla en lo que es; en su esencia, sino en la capacidad de hacerse, en la posibilidad que
tiene el ser humano de llegar a ser lo que quiera. Para Pico, la
dignidad tiene su causa en Dios, creador de un ser extraordinario, por
“indefinido”, capaz de devenir en lo que él mismo se propone. Veamos lo que
nuestro autor pone en boca del propio Creador:
«No te dimos ningún puesto fijo, ni una faz propia, ni un
oficio peculiar, ¡oh Adán!, para que el puesto, la imagen y los empleos que
desees para ti, esos los tengas y poseas por tu propia decisión y elección.
Para los demás, una naturaleza contraída dentro de ciertas leyes que les hemos
prescrito. Tú, no sometido a cauces algunos angostos, te la definirás según tu
arbitrio al que te entregué. Te coloqué en el centro del mundo, para que
volvieras más cómodamente la vista a tu alrededor y miraras todo lo que hay en
ese mundo. Ni celeste ni terrestre te hicimos, ni mortal ni inmortal, para que
tú mismo, como modelador y escultor de ti mismo, más a tu gusto y honra, te
forjes la forma que prefieras para ti. Podrás degenerar a lo inferior, con los
brutos; podrás realzarte a la par de las cosas divinas, por tu misma decisión»
[Pico 1984: 105].
Por tanto, el Oratio
de hominis dignitate sella con broche de oro el pensamiento filosófico del
Renacimiento, rescatando para todos los tiempos, los verdaderos y "abandonados"
derechos del ser humano.
Bibliografía
Graven, W. G. (1984). Pico della Mirandola. Bolonia, Italia: Il Mulino.
Goñi Zubieta, C. (1996). Pico della Mirandola (1463-1494). Madrid, España: Ediciones del Orto.
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