Siempre hemos hablado de la importancia que presentaron las 900 Tesis para Pico della Mirandola.
Pero, ¿qué fueron las 900 Tesis? Estas
no solo son conocidas por dicho nombre, sino que también lo son por el de 900 Tesis de omni re scibili (900 Tesis
sobre todo el saber) o, Conclusiones
philosophicae, cabalisticae et theologicae nongentae in omni genere
scientiarium (Novecientas conclusiones filosóficas, cabalísticas y teológicas
en todo género de saberes).
Este joven propuso a sus contemporáneos, una disputa con el
fin de discutir sus famosas Tesis
públicamente. A los 24 años estaba dispuesto a defender 400 conclusiones de
diversos autores: escolásticos, árabes, de Platón, Aristóteles, de los neoplatónicos,
pitagóricos, caldeos… y, además de esto, 47 conclusiones cabalísticas. A estas
400 tesis ajenas, añadió 500 propias (secundum
opinionem propiam) todas relacionadas con la rama del saber. El contenido
de la Disputa, pretendía recopilar
todos los conocimientos habidos hasta el momento.
Retrato de Giovanni Pico della Mirandola. [Pintura de autor desconocido].
El papa Inocencio VIII, impugnó 13 de las proposiciones al
principio. No obstante, este terminó por condenar el proyecto completo, para
así evitar una confrontación mayor.
La Disputa, dice
mucho de la intelectualidad del autor, y por su mismo planteamiento –con cierta
dosis de eclecticismo y casi rozando el peligroso argumento de la diversidad de
las escuelas-, manifiesta, claramente, que está imbuido por el ambiente
precartesiano. Mostrando, en primer lugar, a un hombre de carácter abierto,
amante de la verdad por encima de todo y de amplios conocimientos filosóficos
(desde la sabiduría oriental hasta la cumbre de la escolástica). Por
consiguiente, un hombre de su tiempo, prototipo del humanismo renacentista e incansable
buscador de los signos que ha ido dejando la humanidad.
Dios Padre. [Pintura de Rafael Sanzio].
Por otro lado, de este proyecto llama la atención la
convicción que Pico presenta sobre el origen de la filosofía griega, pues este
considera a Zoroastro y a Orfeo padres y fundadores de la filosofía antigua.
Asimismo, el autor de la Disputa,
no disimula su apego al pensamiento neoplatónico. Esto es visible en la Oración preliminar, donde propone el
itinerario para llegar a la perfección del hombre, según el modelo de la vida angélica
en tres momentos: la filosofía moral, la dialéctica y la filosofía natural, que
calmarán, la una: “las tropelías de una razón nutrida de incoherencias verbales”
y la otra: “las discordias de la opinión”; por último, la Teología nos otorga
el verdadero sosiego y la paz firme, de este modo:
“Después de haber lanzado (el alma), por virtud de la moral
y la dialéctica, todas sus inmundicias, tras haberse embellecido con las diversas
partes de la filosofía como con un atuendo de corte, y haber coronado los
dinteles de las puertas con guirnaldas de la Teología, descienda el Rey de la
gloria, quien, viniendo con el Padre, ponga en ella su morada”. [Oratio de hominis dignitate, p. 114].
Tampoco oculta Pico su dosis de misticismo, como muestra en
su visión sobre la felicidad plena del hombre:
“Convertidos en encendidos Serafines,
fuera de nosotros, seremos Aquel mismo que nos hizo”. [Ibid., p. 116].
Finalmente, uno de los objetivos de la Disputa, era lograr la deseada conciliación entre Platón y Aristóteles
pero, el proyecto del Conde de la Concordia, se quedó en eso, en un mero intento.
En un proyecto de concordia no solo entre los dos pensadores griegos, sino
también entre Tomás de Aquino y Escoto, y entre Averroes y Avicena. Por ello,
Marsilio Ficino, acabó llamándolo, “Dux
Concordiae”.
Detalle de La Escuela de Atenas. [Freco de Rafael Sanzio].
“Hay quienes no aprueban todo este género de disputas y de
debatir en público temas doctrinales, afirmando que es más para la pompa vana
del ingenio y la ostentación del saber que para el aumento del conocimiento.
También hay quienes, sin reprobar este género de ejercicios, de ninguna manera
lo aprueban en mí; que yo a mi edad, a mis veinticuatro años, haya osado proponer
tal Disputa sobre altísimos misterios de la Teología cristiana, sobre pasajes
profundísimos de la Filosofía, de disciplinas desconocidas, y esti en una
celebérrima Urbe, ante una lucidísima asamblea de doctísimos varones, a la
vista del senado apostólico. Otros todavía, concediéndome esto, que baje la
Disputa, no acceden a que abarque las novecientas cuestiones, incriminándome,
tanto la superficialidad y ambición, como el emprender lo superior a mis
fuerzas” [Ibid., p.122].
Bibliografía
Della Mirandola, P. (1982). Conclusiones mágicas y cabalísticas. Bacerlona, España: Ediciones Obelisco.
Goñi Zubieta, C. (1996). Pico della Mirandola (1463-1494). Madrid, España: Ediciones del Orto.